a llegada de Arturo Chávez Chávez a la Procuraduría General de la República ha empeorado la situación de una oficina ahora más sometida, ya sin pizca de reparo técnico o consejo táctico, a un comandante en jefe que desde Los Pinos dispara políticamente en redondo, utilizando con frecuencia justamente su ametralladora PGR-Chacha. Los odios, las alucinaciones y las presuntas genialidades políticas que las noches de poder generan en las alturas, han llevado a la mencionada PGR a descuidar hasta las mínimas formas, permitiendo socarronamente por todo el país la diaria violación de los derechos humanos, sobre todo a cargo de fuerzas militares y marinas en la presunta guerra contra el narco, y cometiendo desfiguros escandalosos como lo ha hecho ahora al aceptar la orden superior de convertirse en instrumento sustituto del panismo marianito en la cruzada contra los matrimonios entre personas del mismo sexo y su facultad de adopción.
Chávez Chávez es un personaje de breve equipaje administrativo y político (su mayor fama es su labor insuficiente, cómplice y denunciada internacionalmente en los casos de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez), pero aún así, o justamente por ello, fue impulsado contra viento y marea por Felipe Calderón. Cuando hubo de pasar por comisiones senatoriales que le ratificarían como sucesor de Eduardo Medina Mora, el ahora titular de la PGR fue puesto en penosa evidencia de ignorancia y pasmo por el senador perredista Pablo Gómez.
QUE ATIENDA SUS DEBERES Y NO SE META EN LA LEGISLACION DEL D.F. QUE RESPONDA EL SEÑOR POR LAS MUERTAS DE JUAREZ.



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