Fernando Ortega Pizarro
Aunque el Congreso dio por muerta la expedición de la Cédula de Identidad Ciudadana al retirarle recursos del presupuesto, la Secretaría de Gobernación se niega a renunciar a su proyecto; incluso tiene prisa por concretarlo, en virtud de los compromisos adquiridos en el marco del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad. Pero aún no resuelve escollos previos, tanto legales como de confianza
“La cédula de identidad ya murió”, confirma Juan Guerra, exdiputado, asesor de la bancada del Partido de la Revolución Democrática en la Cámara de Diputados.
En cambio, el analista político José Antonio Crespo considera que “Gobernación no se ha rendido, no ha claudicado. No se ha muerto el proyecto de la cédula”. Lo que vemos, dice, es una lucha de fuerzas entre la Secretaría de Gobernación (Segob) y el Congreso, y entre la Segob y el Instituto Federal Electoral (IFE). Este último, por cierto, no quiere que se expida la Cédula de Identidad (Cedi) porque asegura que se vendría abajo la columna vertebral del sistema ciudadano de elecciones, que es el padrón de electores.
Refiere que el IFE y la Segob defienden su propia postura y su propia credencial. Gobernación, estima Crespo, va a conseguir recursos para iniciar el proyecto de la cédula y en este 2010 tratará de obligar al Congreso a que le dé recursos para que no se quede inconcluso.
¿Habrá una imposición de la cédula?
Si tiene el apoyo del Congreso, no se puede decir que sea imposición.
¿Pero no lo tiene.?
Pues entonces sí.
Silvia Gómez Tagle, profesora del doctorado en ciencias sociales del Centro de Estudios Sociológicos del Colegio de México, recuerda que la Secretaría de Gobernación sigue siendo una dependencia que responde al mandato del presidente de la república.
“Bueno –dice– sepa usted quién nos toca en turno de presidente…. Ellos pueden tomar decisiones que no están discutidas públicamente ni sometidas a un escrutinio social. Estoy de acuerdo, pero no con las cédulas de identidad de los ciudadanos”.
Refiere que “hay experiencias de muchos países en donde se instauró el fascismo, por ejemplo en Europa, en donde las credenciales de identidad evidentemente tuvieron un uso político muy negativo. Yo creo que en México no queremos acercarnos a ese riesgo”.
A la Secretaría de Gobernación, recuerda, llegaron personas como Patrocinio González Garrido, quien desde este cargo y antes como gobernador de Chiapas “fue un represor tremendo de los movimientos sociales de la entidad, a tal extremo que motivó el levantamiento zapatista”.
Por tanto, continúa, “nada garantiza que no pueda volver a haber otro secretario de este tipo”.
Con el actual secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, a quien lo ligan con el panista Diego Fernández de Cevallos y, por tanto, con Carlos Salinas de Gortari, “podría ser peor”, señala.
La Segob estudia con el IFE la posibilidad de hacer una nueva credencial de elector, a la que se le incorporarían los datos de la Clave Única de Registro de Población y los biométricos, de manera que funcione como documento único de identificación. Parece más una simulación, en virtud de que la Segob no puede delegar a otra institución su responsabilidad de expedir la cédula a todos los mexicanos y porque el IFE sólo atiende a los ciudadanos mayores de 18 años y está impedido por ley a compartir su base de datos para fines distintos a los electorales.
Además, Gobernación concluyó la licitación de los aparatos biométricos –fotografía, 10 huellas dactilares y la imagen del iris– para la cédula, aunque el ganador resultó impugnado por supuesta corrupción.
La Segob dista mucho de alcanzar la confianza ciudadana que requiere el documento de identidad que pretende aplicar.
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http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2010/01/17/cedula-de-identidad-acercarse-al-fascismo



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