CONOZCA A LOS SALINAS

parte I

Por el Lic. Mefistófeles Satanás
El Gran Tocadiscos

La etimología de “megalomanía” viene del griego. Megalo quiere decir “grande” y maniático quiere decir “tocadiscos”. El megalómano se obsesiona con ser popular o ser rico o ser poderoso o una combinación de todo esto y siente que es designado por Dios para serlo (ejemplo: “…bienvenidos al México de María de Guadalupe…” – FCH). El megalómano puede sufrir de “sueños de grandeza” donde cree que el mundo gira a su alrededor (ejemplo: “soy el salvador de la humanidad” -- FCH). Con tal de mantener ese estado de cosas, el megalómano está dispuesto a cometer cualquier crimen (“haiga sido como haiga sido” – FCH). Y por lo general, el megalómano también sufre de paranoia pues “los otros” quieren impedir que sea grande (ejemplo: “…hay quienes apuestan al fracaso de este gobierno…” – Mouriño, “mujer del Cesar” según Zabludowsky).

El Yunior

El padre de Carlos Salinas de Gortari (CSG) fue Raúl Salinas Lozano, el cual mamó del presupuesto toda su vida. Ingresó al PRI en 1940 y acabó de senador en el sexenio de Jolopo. Salinas Lozano le dio CSG y a sus hermanos una vida de príncipes. Eran miembros de la casta divina que gobernaba México.

¿Y qué ideas adquiriría un principito de la casta divina? Por principio, creería a pie juntillas que esta casta divina es la indicada para gobernar. Segundo, creería “que vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”. Y tercero, estaría dispuesto a hacer cualquier crimen pues “la moral es una planta que da moras”.

El joven CSG se enrola en la facultad de economía de la UNAM, en esos tiempos dirigida por la maestra Ifigenia Martínez. Ahí el no ser de izquierda era mal visto en la facultad. Uno de sus maestros en la facultad de economía es Miguel de la Madrid. De la Madrid ejercía sus tendencias “neoliberales” con absoluta discreción, como quien tiene practica el “vicio griego” sin salir del closet. Seguramente tanto De la Madrid como CSG se “reconocieron” o tal vez don Miguel lo “inicio” en el vicio neoliberal. Si CSG tenía tendencias hacia el neoliberalismo, estas se vieron reforzadas definitivamente en Harvard, adonde fue a seguir sus estudios (todo pagado por el estado mexicano).

El tlatoani

Para el CSG, según el primer postulado, él es el mejor indicado para gobernar a México (igual que Virgilio decía que era gobernar el mundo era el deber de los romanos). Como miembro de la casta divina, CSG jamás ha trabajado en el sector privado (segundo postulado). Y finalmente, CSG obedece fielmente el tercer postulado que cualquier crimen –como un fraude electoral o un magnicidio—se justifica con tal de seguir gobernando.

Y ya una vez en la silla, CSG empieza a perder la cordura. Se avoca a destruir al estado mexicano vendiendo las paraestatales que son patrimonio del pueblo de México. Y lo hace entre aplausos. Negocia un tratado de libre comercio que destruye la independencia y soberanía de México. Y lo hace entre aplausos. Hace de la economía mexicana un castillo estilo Potemkin de naipes. Y lo hace entre aplausos. Una y otra vez hace una pendejada y le aplauden. ¡Qué tremenda desilusión se lleva CSG al entregar la silla y volver a ser un mortal común y corriente!

El Presidente Payaso

A principios de 1995 a la economía mexicana se la está llevando la chingada por causa de la pendejez tanto de CSG como de su sucesor. Y entonces el bolerito Zedillo se atreve a arrestarle a su hermano Raúl CSG inaugura entonces la moda de los “presidentes payasos” (Fox lo emula). Se refugia en una casa de una familia regiomontana (la cual lo contempla con espanto). Y ahí se declara “en huelga de hambre”. El bolerito Zedillo lo llama a los Pinos. Platican. Y CSG sale huyendo al extranjero después de hacer el ridículo.

Todo se explica en base a la megalomanía. CSG esperaba que, en cuanto se supiera que él estaba refugiado y en “huelga de hambre” TODO México se iba a levantar a protestar. Carajos, por lo menos se llenaría la Macro Plaza en Monterrey. Los mexicanos se dirigirían compungidos, con los ojos llorosos, adonde el patroncito hacia su huelga de hambre y le pedirían “que por favor dejara de castigarse” y chance “que volviera a asumir la presidencia”. ¿No cada vez que Gandhi se declaraba en huelga de hambre millones se hindúes se movilizaban para conminarlo a que dejara de hacerlo? Pero en la casa esa donde se había refugiado CSG solo se oían los grillos y tal vez el radio del vecino. Los mexicanos estaban más preocupados por la debacle económica que estaban sufriendo que por los desplantes de un payaso pendejo.
(continuara)

EXCELENTE, GRACIAS AL LIC. SANTAN POR ENVIARNOS SU EXTRAORDINARIO ANALISIS.